LA PALOMA


 La paloma bajo a posarse sobre la tierra, mas esta le quemaba. Le parecía dura, terrible y llena de obstáculos que le estorbaban.


Era un ser gracioso, distraía, los pequeños corrían tras ella, haciéndola huir precipitadamente. Algunos le echaban algunas semillas ¡qué bonito! Otros pocos, ya más crecidos, intentaban acosarla, ¿por y para qué?

La paloma, entre salto y salto, observaba, miraba a su alrededor, alargaba el cuello, sus sentidos alertas, e intentaba comprender aquello, mas eso estaba fuera de su inteligencia. Entre carrera y carrera percibía cada vez una cosa nueva, pero era un absurdo, siempre, siempre el momento anterior estaba allí. ¿No se cansaba? ¿era eterno? A su alrededor nervios, prisas, miedo, y ella era la víctima. Situada en el centro de fracasos, intereses, agobios, era constantemente atropellada. Entre carrera y salto se sentía extraña en un mundo de movimientos descompasados sin una meta que cubrir. Entre salto y carrera se sentía indefensa, rechazada y golpeada.

La paloma no entendía nada, no le encontraba ninguna razón en su sencilla inteligencia.

La paloma echó a volar.

02.10.1978

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